martes, 19 de diciembre de 2023

Cómo hacer Juguetes que funcionan

¡Hola! ¿Qué tal están?

Los juegos son importantes, nadie puede ponerlo en duda, y lo son no sólo porque les resulten casi siempre la mar de divertidos a los niños, y así los adultos se ganen por lo menos unos minutos de sosiego.

Por lo general los juegos también sirven para que los niños puedan asumir roles en tanto se divierten, para reproducir comportamientos sociales esperados en su entorno, y por tanto, aun si no lo parecen, todos suelen tener un papel educativo.

Por eso existe tanta variedad de juegos, según la cultura de donde provengan, en los cuales, sin embargo, podemos encontrarnos con una serie de características similares; y también por lo mismo, por lo común la actividad lúdica se delimita según el sexo de la criatura, cosa que en ocasiones se basa más en prejuicios que en realidades.

Los niños que juegan más con los otros niños, o con los individuos adultos sin por esto llegar a perder el respeto por sus padres y la disciplina a la hora de obedecerlos en cierta medida cuando se hace imprescindible, pueden conseguir abandonar primero el comportamiento egoísta producido por su instinto de conservación. El anterior es el primer paso para que pasen a otro modo de operación mucho más colaborativo con sus congéneres de distintas edades, que a la larga les será de enorme utilidad durante su vida de adultos para su propia supervivencia, dado un hombre sólo no logra mucho.

Por su parte, si miramos los juguetes desde el mismo punto de vista, serían entonces algo así como las herramientas necesarias para llevar a cabo los juegos, y por lo tanto son también un reflejo de las actividades realizadas al asumir los roles comunes en la sociedad, y los comportamientos esperados en los ciudadanos de esta.

En adición a esto, la manipulación de los juguetes incrementa la habilidad cognoscitiva y motora de los chicos y las chicas, al permitirles relacionarse más íntimamente con su entorno, y hasta les sirve para aumentar todavía más su sentido de responsabilidad, al verse obligados a cuidar de ellos, y ponerlos en su sitio al terminar el juego.

Pero todo esto podría resultar aún más divertido y provechoso para los chicos (y las chicas) si se combina el juego y los juguetes de una forma diferente; esto es, si en lugar de jugar con los juguetes terminados, primero se juega intentando construirlos.

El libro titulado Cómo hacer Juguetes que funcionan me parece ideal para lograr lo comentado, puesto en sus páginas se enseña cómo construir juguetes con materiales relativamente fáciles de conseguir; por eso me parece una oportunidad única para que los padres se relacionen más con sus hijos, a la vez que los chicos y las chicas se involucran y desarrollan las susodichas capacidades motoras y cognitivas.


En resumen, en este libro podrán encontrarse con una cierta cantidad de modelos de juguetes que están provistos de movimiento por poseer mecanismos sencillos, junto a las instrucciones necesarias para construirlos, con lo cual sin duda harán las delicias de los principitos, y porque no, también de las princesitas de la casa.

Me despido no sin antes decirles cuánto me gustaría que los posibles lectores de este texto pudieran comentar sobre otros libros más o menos con la misma temática o con características parecidas para así enterarnos todos de su existencia y llevar alegría a los niños.

¡Hasta pronto!

 

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