¡Hola!
¿Qué tal están?
En general todos deben estar de acuerdo si digo “el mundo está repleto de injusticias”, porque, en efecto, no existe un solo lugar en toda su vastedad en donde reine de verdad la felicidad, aun cuando es necesario reconocer como ésta puede encontrarse con más facilidad en ciertas regiones y en menor medida en otras.
Por
lo visto el cuento del mago y el político es cada vez más cierto, y éste último
en verdad se dedica a desaparecer al primero cuando lo ve resolviendo los
problemas con un solo gesto de su varita, dado si los problemas desaparecieran
no habría un sitio en este planeta para todos esos demagogos; y digo más, si lo
analizamos bien, muchos de los problemas se deben precisamente a la existencia
de esa clase de individuos y de sus marañas de costumbre, provocadores de
debacles económicas, por lo común escudados en esa nebulosa de contradicciones
llamada ideología, a la cual se recuestan sólo cuando les conviene.
En
todo caso, cuando la situación es más dolorosa es cuando el problema afecta a
los niños y las niñas, puesto se encuentran en un momento vulnerable de una
vida aún no vivida, y no deberían de sufrir no sólo por hambre y desnutrición
sin fundamento real, sino tampoco debido a ningún estúpido obstáculo limitador de
la insuperable creatividad de ese instante de sus existencias, momento cuando
un ser humano es capaz de asimilarlo todo más fácilmente.
En
la película turca de 2021 Vidas de papel
(Kagittan Hayatlar) del director Can
Ulkay y protagonizada entre otros por Çagatay
Ulusoy, se aborda precisamente ese doloroso tema referido a los niños de la
calle en la ciudad de Estambul, y se lo hace mostrándonos la dura vida de Mehmet
(Çagatay Ulusoy), un hombre abandonado de niño a su suerte en dicha populosa
ciudad y ahora encargado de un depósito de residuos.
El
director Can Ulkay empezó su carrera cinematográfica recientemente con la
filmación del drama histórico Sarikamis
Cocuklari (2017), y ese mismo año se encargó también de rodar Ayla: The Daughter of War, la película
seleccionada para representar a Turquía en los premios Oscar en EE.UU.
En
cuanto a Çagatay Ulusoy se podría decir es un actor bastante conocido en la
televisión de su país, en primera instancia por haber sido elegido mejor modelo
de Turquía en un concurso de belleza en 2010, y después debido a su
participación en la telenovela turca Medcezir
(versión de la serie The O.C.), por la cual recibiría la Mariposa Dorada (Altın Kelebek), el máximo galardón audiovisual
otorgado en su país, aun si los amantes de las series televisivas tal vez
conozcan más a Ulusoy por su protagónico en la serie Hakan El protector debido a haber sido éste su protagonista.
Pero
volviendo a Vidas de papel, la trama
de la película, en parte narrada por Gozin (Ersin Arici), un amigo de Mehmet,
nos conduce de la mano por el día a día de este último, un hombre como hemos
dicho encargado de un depósito de desperdicios de Estambul que padece una
enfermedad incluso más terrible que la causada por sus riñones, para operarse
los cuales ha estado reuniendo centavo a centavo; es en dicho depósito en donde
Mehmet se encuentra una noche con Ali (Emir Ali Dogrul), un niño por lo visto
desamparado, habitante de las calles después de haber sido abandonado a su
suerte por su propia familia; y digo por lo visto puesto la realidad no es
exactamente como lo podría parecer en un principio, y poco a poco nos podremos
ir dando cuenta de la conmovedora historia detrás de la historia mostrada en un
primer plano en la película.
El
encuentro inesperado con Ali revive en Mehmet su propio pasado, y tal vez por
rememorar su niñez, éste se propone salvar al niño a pesar de su indudable
necesidad y de su grave enfermedad, reclamando para ello de la colaboración de
su inseparable Gonzi, el cual, a pesar de oponerse a la decisión de Mehmet por
estar cada vez más preocupado por su menguante estado de salud, le presta una
vez más todo su apoyo en silencio, sin pedirle nada a cambio.
Por
mi parte, es precisamente esa manifestación de amistad sin límites de Gonzi, la
cual dicho sea de paso no se comprenderá en su completa dimensión hasta el
final de la película, lo que me pareció más admirable de la trama, porque en un
mundo como el actual, resulta casi increíble poder contar con un amigo como
ese.
En
resumen, y para no revelarles los secretos de Vidas de papel, sólo diré me decidí a recomendársela a todos después
de verla por considerarla como una obra de calidad digna de ser apreciada, un
filme en donde además de lo dicho sobre la situación desesperada de los niños
de la calle de Estambul, expuestos a toda clase de privaciones, peligros, explotación
y drogas, vemos un canto a la amistad entre unas personas que no han podido ser
derrotadas por la adversidad, la pobreza o la enfermedad.
Por
ahora me despido esperando sus comentarios acerca de esta magnífica película de
origen turco, o puede incluso hasta sus recomendaciones sobre otros filmes de
similar factura.
¡Hasta
pronto!
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