viernes, 14 de octubre de 2022

El Pájaro Carpintero Ruso

¡Hola! ¿Qué tal están?

La naturaleza es rica en variadas formas de vida, y a veces nos asombra por su gran ingenio; así tenemos las pícidas, una familia de aves entre las que se encuentran las que se conocen comúnmente con el nombre de pájaros carpinteros debido al sonido de golpeteo que suelen hacer con sus picos al perforar los troncos de los árboles. Es increíble como estas aves logran entrarle dando de cabezazos a maderas tan duras como para mellar un hacha, y todo eso con el fin de conseguir comida. El pito negro (Dryocopus martius), en particular, es un obrero realmente esforzado, y uno de los más grandes de entre los pájaros carpinteros; se dice que es capaz de penetrar hasta 15 cm en la madera en busca de su alimento, con lo que igual podríamos llamarlo pájaro constructor, porque es fácil suponer que esos agujeros les sirvan de guarida a otras aves. Por desgracia, otro espécimen más grande de la misma familia, que por su tamaño de unos sesenta centímetros (o eso imagino) fue bautizado como carpintero imperial (Campephilus imperialis), ahora se considera extinto para siempre debido en lo fundamental a la destrucción de su hábitat a manos de nosotros, los insaciables humanos, siempre prestos a apoderarnos de todo lo que vemos a nuestro alcance si pensamos que podremos sacarle "ganancias". Pero el hecho más extraño relacionado con los pájaros carpinteros se registró en el año 1976, cuando de improviso se pudo escuchar su penetrante picoteo por todo el planeta, o por lo menos un sonido bastante parecido, nada más y nada menos que a través de la onda corta de la radio.

En efecto, la señal del pájaro carpintero, como no tardaron en bautizarla los afectados radio aficionados, fue la causa de muchas molestias, pues la frecuencia empleada, y sus saltos, producían interferencias en las emisoras legales y en las transmisiones de estos alrededor de todo el mundo. La señal resultó ser tan poderosa (se estimó en unos 10 MW de potencia) que en ocasiones hasta se la podía oír interfiriendo en los circuitos telefónicos. Pero tampoco fue mala para todos (el capitalismo es así, tiene un poder de adaptación asombroso); alrededor de ella, como es natural, pronto creció una gran industria que se encargó de ofrecer filtros y sistemas atenuadores de ruido para combatirla (como pasa también con la cuestión de los antivirus en la informática).

¿Qué provocaba ese molesto efecto?

Las molestias ocasionadas por la interferencia del pájaro carpintero provocaron que se intentara dilucidar qué demonios estaba pasando; y no se tardó mucho en localizar su origen. Por lo visto, la potente señal provenía de la por entonces República Socialista Soviética de Ucrania. Por eso, en un primer momento se pensó que se trataba de un intento del mundo socialista de impedir las maniobras de los submarinos del enemigo, puesto que la presencia de los pulsos afectaba mucho sus comunicaciones; y hasta hubo algunos que propusieron que era un nuevo invento de un científico soviético para controlar la mente de los habitantes del planeta, y así derrocar el odiado capitalismo sin disparar un solo tiro. La primera teoría, sin embargo, no pudo sostenerse cuando se descubrió que el Pájaro Carpintero Ruso, como se dio en llamarlo después de conocer su procedencia, también afectaba las transmisiones de Radio Moscú y de otras emisoras de la Europa del Este. En cuanto a la segunda… Pero la OTAN sabía lo que sucedía, a pesar de que no decía nada sobre el asunto (tenía la instalación soviética responsable de la señal interferente en fotos guardadas en sus archivos, y la llamaba Steel Yard, o sea, algo así como Corral de Acero).

Por último se supo todo, y resultó que no se trataba de manipular la mente de nadie, ni de los efectos secundarios de un dispositivo para controlar el tiempo, como otros no dudaron en proponer en su momento. En realidad la señal Pájaro Carpintero Ruso no era más que un sistema de escudo antimisil basado en un radar sobre el horizonte conocido en la URSS como Duga-3, y por lo tanto un sistema totalmente defensivo. El problema estaba en que los soviéticos temían un bombardeo masivo a su país por los EE.UU., y no disponían de un sistema de detección temprana efectivo con vista a que sus sistemas de escudo antimisiles estuvieran operativos. En ese tiempo los sistemas satelitales de la Unión Soviética para la detección temprana de lanzamiento de misiles no habían sido desarrollados del todo, y por eso se vieron obligados a sacrificar tanto las comunicaciones por radio en la onda corta, y una gran cantidad de energía, para poder proteger a su pueblo (es increíble lo que puede llegar a hacer la desconfianza mutua, y todo por una simple religión o ideología).

La señal del Pájaro Carpintero Ruso persistió por lo menos hasta diciembre de 1989, cuando debido a la efectividad alcanzada por el sistema satelital antimisiles soviético (este sistema estuvo a punto de provocar una guerra nuclear global en 1983 producto de sus defectos), y por los problemas económicos y políticos cada vez más graves por los que estaba pasando la URSS, se desvaneció por completo.

Pero todo esto podría haber sido mucho peor para los verdaderos pájaros carpinteros, involucrados así en la historia de la Guerra Fría (Guerra Fría I puesto ahora se dice va a empezar la Guerra Fría II); por suerte a nadie le dio por exterminarlos como lo hizo Mao Zedong en China con los gorriones acusados de mermar la producción de arroz, con lo cual se provocó una hambruna masiva; o de perseguirlos para matarlos, como lo hicieron muchos con los tiburones en los EE.UU. luego de ver la película Jaws de Spielberg, más conocida en Cuba como Tiburón Sangriento.

En caso de que les haya resultado entretenida esta entrada, recuerden comentar sus impresiones de modo que otros posibles lectores puedan conocer lo que piensan; o si lo desean, con vistas a dar más detalles sobre la curiosa anomalía abordada en este texto.

¡Hasta pronto!

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